jueves, 1 de abril de 2010

La caja de las historias

Se consume una historia llena de mañanas y de noches
Siento la presencia de los leños
de las hojas secas
y el polvo de una posibilidad de desiertos.

Se agiganta sucesivamente una verosimilitud de sombras
El fuego me presiona hasta invadir mi naturaleza
Necesito una voz con la magnitud de un sobrenombre
para poder descifrar los laberintos:
Un conjunto de ascendencias.

De mi pecho emigran los moldes de un propósito
de una antónima consonancia
de un vocablo
que configura
un pantano lleno de estatuas,
cadenas,
candados
y tableros…
Los espectros son testigos del brillo de la laguna
de la forma que enmascara el significado más tosco.

No quiero desprenderme. Aún no.
Es mi torpeza
la que ensancha los vacíos de un recuerdo kamikaze
Me detengo. Cruzo los umbrales
con un paseo de papeles de malos callejones
No obstante
tropiezo en un criadero
y escarbo la tierra en el último raso de sus pozos
para acostumbrarme a designar a los objetos
para huir de las orillas
y evitar desorientarme en el camino a casa.
Sin embargo, el sol cae
Me pierdo en la soledad de los espejos
Forzo gran parte de mi y del fogón de acontecimientos
para entender lo que estoy buscando
para entender lo que es de otros…

De: Sánchez Pérez Víctor Hugo

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