sábado, 8 de agosto de 2009

VIOLENCIA: UN GRITO NUNCA ESCUCHADO



En estos últimos años se ha venido dando una serie de programas y leyes en defensa de los derechos del niño y la mujer. Sin embargo, ¿eso nos asegura el bienestar?, ¿acaso estos programas y leyes bastarán para cesar los maltratos físicos y psicológicos que se producen día a día contra ellos?
Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra
sociedad adquiera nuevos y mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la posibilidad de parecer alarmista, es menester una reeducación en cuanto al trato familiar, el que lamentablemente para muchos está caracterizado por la violencia, el rechazo y la indiferencia.
Para lograr el
cambio de esta situación se requiere, en un inicio, el replanteamiento de los papeles del padre y la madre frente a los hijos, con el fin de que éstos últimos en el futuro respondan a las expectativas de sus progenitores.
Debemos ir, entonces, en búsqueda de las causas que son la semilla de un
ambiente familiar hostil y que, consecuentemente, producen una educación errónea en nuestros niños.

JHON HORNA LÓPEZ

LENGUA Y LITERATURA

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